Meg comenzó su primer día de nuevo trabajo con alegría. Se puso el uniforme, que le pareció demasiado ajustado sin protesta, preparó todas sus cosas para ir al trabajo, y cuando estaba acabando de beber un vaso de zumo en la cocina, su teléfono móvil comenzó a sonar. Ella lo cogió contrariada, pensando que la llamada la haría retrasarse y tendría que darse prisa para llegar puntual a su nuevo puesto de trabajo.
- Buenos días, soy Meg.- dijo al aparato al ver que el número que la llamaba era el de recursos humanos de la clínica.
- Buenos días, señora Gordon.- respondió la voz cansina que había al otro lado del teléfono.- la llamo en relación a su contratación.
- Si, justo estaba a punto de salir de casa para incorporarme a mi nuevo puesto esta mañana.
- Pues no hace falta que salga usted de casa, su contr