Preferí caminar de regreso a mi casa y encontrar la manera de entrar sin despertar sospechas entre mis vecinos involucrados y metiches.
Una pinza para el cabello fue suficiente para meterme y dejar todo en la sala antes de subir a mi habitación.
El recuerdo de Alexander estaba en todas partes: el sofá, la cocina, el baño y sobre todo mi habitación.
Por un momento quise borrar todos esos recuerdos con él, en casa, en el trabajo y en los viajes.
Subí escalones por escalones con total desaliento, abrí la puerta de mi habitación y me vino a la mente la figura de Alexander recostado en mi cama. Mis lágrimas fluían sin parar una tras otra, me dolía el corazón y no podía entender cómo había llegado a ser solo una apuesta.
¿Por qué? ¿Cómo habían llegado a hacerme un juego? ¿Qué lo causó? ¿Fue realmente especial para Alexander? ¿Manuel realmente estaba diciendo la verdad sobre sus sentimientos en ese momento o solo era una broma graciosa?
Me despoje de la ropa y los zapatos, estaba agotada, ca