Manuel caminó hacia la puerta sin mostrar un atisbo de la preocupación que realmente sentía.
Lo vi sonreír y recibir algo que pronto nos trajo.
—¡Llegaron las hamburguesas! —exclamó Manuel, repartiendo a cada uno lo que le correspondía.
Nos pusimos cómodos y mientras nos acostábamos, con la última noche sobre nosotros y la decepción de volver a casa, nos quedamos dormidos en medio de la película.
El primero en caer fue Alexander, estaba exhausto y se le notaban unas ojeras debajo de los ojos que lo hacían lucir horrible sin exagerar. Y del otro lado estaba Manuel con su aspecto pleno, perfecto y atractivo, el hombre que no se mataba por nada y siempre se reía del mundo.
Manuel parecía el tipo de hombre que no se complicaba con nada y que dejaba que todo fluyera, Alexander también era ese tipo de hombre pero últimamente y después del romance con Alicia había pasado de estar relajado a estar preocupado por dónde estaba involucrada, y con quién.
Acaricié su cabello castaño suavemente y t