Te deseo.
—No seas aguafiestas, angelito. No pensaba que aún había hombres que vinieran acá sin siquiera disfrutar de la vista—lo pico, mientras él se suelta del agarre del Cuervo y enfila hacia la salida.
—No es eso, señorita…
—Queen, solo dime Queen— me acerco a él y siento que es como un imán que me atrae a ese cuerpecito delicioso que dios le dio y que quiero dominar. Quedamos frente a frente, a pocos pasos de poder tocarlo, él está tenso y eso me prende más. Se nota que es dominante y mis actos lo complican, pero de solo pensarlo bajo de mí agarrando mis nalgas, mientras lo monto como una loca, me provoca seguir acechándolo.
—Pues, como le digo, señorita Queen, aunque usted no lo crea, esto no es lo mío. Vine aquí por mi amigo Ru, perdón Cuervo a tomarme unos tragos y ya lo hice. Mañana tengo trabajo temprano y no quiero trasnochar.
—¡Qué pena! Me habría gustado mostrarle algo más, pero veo que no lo lograré — digo en tono sumiso y entristecida. Sus ojos cambian y ese azul que parecía un m