Una terapia para el Ceo.
—Deja de pasearte como un león enjaulado, James y disfruta de este día — me dice entre risitas Russell, mientras arregla mi corbata.
—Se ven tan bellos así, me estoy poniendo celoso.
—Aaron…
Exclamamos los dos y yo lo miro furioso, mientras Ethan, Jex y Thomas se ríen del desubicado de mi amigo.
Y, por fin, ha llegado el día más esperado. Hoy, es el día de nuestra boda.
Estamos en la habitación que el hotel preparó para “el novio” y sus padrinos, porque sí, a falta del idiota de mi hermano que aún no ha dado luces me he llenado de padrinos junto a estos locos deschavetados.
Lo peor es que ya llevo veinticuatro horas sin ver a mi Moritas ni a mis bebés, pues las mujeres de la familia se la llevaron para que cumpliéramos la tradición como dijo mi padre…
“A la usanza antigua, como lo hicimos con tu madre” me dijo el día que me entregó el traje y el anillo que él le dio a ella en su matrimonio.
Así que aquí me tienen con las bolas al aire, como todos los varones en esta habitación, vestid