¿Cómo es que estoy con la cara de idiota en estos momentos?
Me acabo de ir de la consulta de Moritas y siento que voy flotando en una nube de algodón de azúcar. Tocó mis labios por enésima vez y el calor que siento en ellos es tan, tan, pero tan placentero que prometo no lavarme la boca nunca más.
Sé que me arriegué con lo que dije, pero mierda, ella era un acertijo que me traía loco, quería verla, protegerla y quizás, solo quizás algo más.
Escucho voces a mi alrededor, pero estoy tan metido en mis pensamientos que no las tomo en cuenta y sigo de pie, como bobo en el pasillo del hospital ¿A qué venía? Ah, sí a ver a Jex y mí Moritas.
-¿Y a éste qué le pasa?
-No tengo la menor idea, ¿James? ¡Oye James! - Val me toma del brazo y ahí es que caigo en cuenta que son ellos los que hablan.
-Hola, chicos.
-Hola, idiota. Parece que algo bueno te pasó porque la cara de imbécil no te la quita nadie.
-¡Bruno! Ya bájale a tus aires de metiche profesional y mira que estoy igual que tú por saber por