45. Traigo loca a tu hermana
Hanna
Las grandes puertas del hospital principal donde estoy pagando el tratamiento de Chris se alzan sobre mí. Tengo el corazón latiendo muy fuerte dentro del pecho y es que hace ya casi tres años que no veo a ninguno de los dos.
Desde que me fui a Estados Unidos solo vine a visitarlos una sola vez y las cosas no salieron del todo bien, pues mi madre, pese a todo lo que hemos vivido, sigue teniendo ciertas aptitudes que no va a cambiar y que me lastiman, por lo que nuestra relación se ha mantenido únicamente por celular, hasta ahora.
El lindo empaque del regalo que Jason le ha comprado a Chris, una figura de acción de uno de esos superhéroes de moda, se está arrugando entre mis manos mientras las estrujo con nervios, dándome fuerza para entrar.
—¿Todo bien, gatita?—Jason me está viendo con curiosidad y Dios, verlo solo hace que recuerde lo que hicimos hace poco y de inmediato me sonrojo, consiguiendo que él sonría.
—Si, si, solo estoy nerviosa.
—¿Hace cuánto no los ves?
Su preg