Salir de una relación llena de abusos era algo que me hacía sentir totalmente traumada. No quería que Mateo se molestara conmigo, a pesar de que sabía que él no era así.
—No, no me molesta en absoluto. Ya te he dicho que tú puedes disponer de cada cosa que es mía, incluso de mi corazón —él me besó nuevamente —. Pensaba cambiar ese enjuague bucal porque no me gustaba su sabor, pero ahora que lo siento en tus labios, tengo que reconocer que me encanta.
—Eres un meloso sin remedio, no puedo creer que alguien tan serio venga a decir esa cantidad de labia barata.
—Por ti hago cualquier cosa, mi vida —él frotó su nariz con la mía —. Me vuelvo el Shakespeare del siglo 21… La vida es muy corta para amarte en una, prometo buscarte en la otra vida.
No, no iba a volver a tener miedo de mi pasado. Eso debía quedar atrás y ahora necesitaba enfocarme en el presente, entregarme por completo a Mateo y no darle un amor lleno de miedos.
Si Austin fue capaz de conocer una versión llena de detalles, el