Juniper aferró el borde de su copa de champán mientras observaba la sala. La fiesta estaba en su apogeo, con gente hablando, riendo y bailando, pero su mente estaba en otra cosa. Lo único que tenía en mente era lo que Sophie le había susurrado. La repentina llegada de su vieja amiga al banquete la desconcertó, y la ansiedad la carcomía.
Juniper respiró hondo para calmarse y vio a Sophie al otro lado de la sala, observando a la gente. Juniper se abrió paso entre la multitud sin pensar y se acercó a ella. Al acercarse, Sophie se giró y sonrió levemente, como si no supiera qué hacer.
Sophie comentó: «Juniper, qué grata sorpresa verte aquí», pero su voz era fría.
Juniper no perdió el tiempo con charlas intrascendentes. «Sé que me ocultas algo». Su voz era tensa, y sus palabras, penetrantes, a medida que se acercaba a Sophie. ¿De qué se trataba antes? Mencionaste que algo estaba a punto de pasar. ¿Qué es?
Por un instante, Sophie dejó de sonreír y algo indescifrable cruzó por sus ojos. Pare