Eduardo vio alejarse a la chica, agradeció al cielo que el trayecto haya sido un poco corto, al ver que ella ya no lo podía localizar, arrancó su auto para dar la vuelta y se alejó de ese asqueroso barrio de quinta como él le nombró al nomás entrar.
Él está acostumbrado a vivir en colonias o residenciales privadas en donde la apariencia vale mucho más que cualquier otra cosa.
Poco después le envió un mensaje de texto a su grupo de amigos, diciéndoles lo que ha ocurrido en su primer intento por conquistar a la fea del instituto, sus amigos lo felicitaron porque así como van las cosas de rápido, lo más seguro es que pronto obtendrá lo que quiere.
Al día siguiente…
Con mucho más ánimo que en días anteriores, Luna se levantó e hizo su rutina en casa para luego ir al instituto.
Ya puesta en el lugar, entró a sus clases con normalidad, lo raro es que no ha visto a Eduardo, y a cada momento que lo recuerda, ella se pregunta ¿será que no vino a recibir sus clases hoy? Sí, eso debe de ser por