Daniel entró con el coche dentro del hotel, estacionando en la playa de estacionamiento del mismo.
-Hace un rato me llamó mi esposa ¿Puedes creerlo?- exclamó riendo divertido, restándole importancia.
Jennifer se giró hacia su amante con expresión de terror en su rostro.
-¿Qué?- preguntó indiferente el hombre, al ver el rostro de su amante- No te preocupes no le dije de lo nuestro.
-Es obvio que tu esposa sospecha algo, ¿No te das cuenta?- dijo poniendo los ojos en blanco y sin poder creer que Daniel no se diera cuenta.
-¿Quién? ¿Emilia?- rió divertido- Mi esposa no se da cuenta de nada, solo piensa en el niño.
-Aun así… es mujer, nosotras tenemos un sexto sentido con estas cosas- exclamó cruzándose de brazos.
-¿Qué estás insinuando Jenni? ¿Qué ya no quieres seguir más con esto?- preguntó ahora sí preocupado.
-No es eso, es solo que deberías ser más precavido, no quiero una esposa resentida siguiéndome los pasos para matarme.
-Tranquila mi amor, entremos, que te he extrañado todos esto