Un accidente...
Farid abrió los ojos como platos al escuchar la posibilidad que su madre le había mencionado, se rascó la cabeza y con las cejas levantadas en gesto de sorpresa respondió:
— Pues no mamá, eso no me pasó por mi mente, y tienes razón no use protección, aunque fue solo una vez.
— Solo se necesita una vez hijo, a veces no sucede nada, todo depende si ella estaba en su etapa fértil.
— Será por eso que me estuvo llamando, madre— reflexionó Farid.
— Que piensas hacer hijo— le preguntó Sylvia, estaba preocupada.
— Voy a buscarla para preguntarle madre— dijo él— es lo único que se me ocurre.
— Me parece bien, es lo correcto — dijo la madre de Farid.
Él ahora se sentía más contrariado que antes, pero esta vez era otra la razón de su contrariedad, subió a su auto y decidió ir a la oficina de Karen Romano.
Esa tarde ella se sentía cansada, más que cansancio era fatiga, además estaba siempre con sueño.
Estaba recogiendo unas carpetas para ir a casa, solo quería descansar y olvidar el trabajo po