Capítulo 12. Sensible a sus caricias.
—Emma, no hay discusión —dijo Liam, firme. Trataba de convencerla de que se fuera a su casa con él—. No vas a quedarte aquí, sola, sabiendo que ese tipo está afuera, buscándote.
Ella bajó la mirada, sintiendo el calor de su insistencia como una presión en el pecho.
—No quiero incomodarte. Ya bastante tienes con tus hijos, con tu empresa y con tus suegros, para que encima…
—¡Déjame decidir lo que puedo o no cargar! —la interrumpió—. No voy a permitir es que vuelvas a sentirte sola y acorralada.
El silencio se extendió unos segundos. Emma se mordió el labio inferior mientras escuchaba las palabras amenazantes de Marco retumbar en su mente: «No pararé hasta encontrarte».
Un escalofrío la recorrió entera.
—Está bien. Iré contigo —murmuró con un hilo de voz.
Liam asintió, aliviado.
—Ve por tus cosas. Te prometo que en mi casa estarás segura.
Ella caminó de hombros caídos hacia su habitación, en busca de sus pertenencias.
El trayecto hasta la casa del hombre fue silencioso. Emma miraba por