Mi cuerpo temblaba y la sonrisa de esa persona que se acercaba a nosotros, me decía que no fue sabio de mi parte, haber decidido distraerlo. Los pequeños con temor en mis brazos, me lo decía.
— Intenten huir, mamá. Yo me encargaré de él. — dice Lowell en un acto de valentía y yo niego.
Sonrío agradecida y le doy un beso en la frente.
— No, mi amor. Quédate con tu hermano, a él es que necesito que cuides y él te va a cuidar a ti.
— Mamá…
— Llévese a los niños a un lugar seguro, yo haré lo posible por ganarles tiempo — digo intentando alejar a Zaid de mi cuerpo, pero él esta tan aferrado a mi cuello, que no puedo alejarlo de mí.
— Señora, no es buena idea. — dice Rolf.
Exacto, ¿Cómo vas a ganar tiempo si tú eres una simple humana? — pregunta mi mente, claramente preocupada de lo que mi acto de valentía, pueda causar,
— Llévese a los niños. Yo me haré cargo — digo al ver como el cuerpo del señor Holftmann, flota en la superficie sin algún movimiento.
Mi corazón dolía por ello, pero, er