Capítulo 188: Un plan que no agrada.
Una ambulancia llega a recoger el hombre que, sin poder soportar más la tortura, dijo hasta el más mínimo detalle del lugar donde se encuentran secuestrados Gabriela y Lowell, la clave de la habitación y todo lo que les pudiera servir. Pero, ni siquiera eso lo detiene.
— Ya le dije todo, por favor, suélteme. Deje de herirme. — dice Rolf agonizando.
— Yo no te pregunté nada y mucho menos te dije que si me decías, me detendría. Así que, ¿Qué te hace pensar que voy a detenerme Rolf?
— Señor, ya llegó la ambulancia.
— Yo no he pedido ambulancia. Este hombre ni siquiera merece esto. — dice Curthwulf molesto.
— Quería que no muriera aun. Si no se detiene y recibe atención médica, va a morir. Esta demasiado golpeado. Ni siquiera puede moverse y ha perdido mucha sangre. Dijo que hiciéramos lo necesario para mantenerlo con vida y esta es la mejor decisión.
Curthwulf mira al hombre lleno de sangre y sudado, suspirando profundo, para después comenzar a toser, por ahogare con su propia sangre.
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