Uno mis manos preocupada por Damián mientras veo aterrizar al avión donde viene. Como este es un pequeño aeropuerto privado, puedo verlo directamente bajando del jet al abrir su puerta. No sé si las horas entre buscar un vuelo, más el tiempo del mismo vuelo, lo han vuelto a cambiar a ser él.
Sin embargo, que la primera imagen que tengo de éste sea bajando con una copa de champagne en la mano y el gorro de un piloto, me lo dice todo. Él al verme, me saluda emocionado, hasta que la aeromoza le quita el gorro y la copa.
Cuando eso, no me queda más que suspirar, y acercarme a la pista. Dan viene corriendo a mí, me alza del suelo y me da varias vueltas rápidas que me asustan. Al bajarme, me besa con un entusiasmo que no le correspondo.
—¿Qué pasó princesa? ¿Estás molesta conmigo? ¿Yo que hice? — pregunta inocentemente.
—No te hagas el tonto. Estabas con Charlotte, me lo confesaste — le recuerdo.
No tuve pensamientos sanos al recibir su llamada. Tanto tiempo la esperé para saber cómo estaba