Narrado por Amy Belmonte
Puede que esté estirando más de lo que debería mi buena suerte de esta noche, pero pagaría las consecuencias más tarde. Por ahora, estoy disfrutando de tener a Luke golpeando sus caderas contra mis nalgas. Soy una confusión de gemidos bajos, y de miradas indiscretas al frente, ese donde hay un espejo de cuerpo completo por el cual puedo ver toda la acción.
En su reflejo observo cómo estamos acostados de lado, y aunque yo sea el cuerpo que más se puede apreciar, que Luke esté alzando una de mis piernas, permite ver a la perfección cómo nos estamos conectando allí.
No puedo parar de ver a su verga entrando y saliendo con contundencia de mi coño. Mi boca no puede parar de soltar sonidos lastimeros. Tengo que cerrar los ojos de la intensidad que estoy experimentando. Pero, todo empeora con Luke soltando mi pierna y deslizando esa mano a mi cuello, esa que comienza a apretar.
—No cierres los ojos, sé que quieres seguir viéndote — me susurra a los ojos — Mira lo que