Mis dos primeros meses de casada han sido interesantes. No puedo decir que han sido aburridos o sin tareas pendientes por doquier. Hacer una reforma en un rascacielos como este, fue más complejo de lo que llegué a imaginar. Desde pautar con la empresa de reformas, irme de compras por mi propia cuenta y obviamente, cuidar más a Damián Junior.
Justo ando realizando una compra desde mi nueva oficina. Me quedó espectacular. Estoy comprando el último archivador que necesitaré para este espacio. Cuando doy a comprar, observo que el bebé no está en mi campo de visión. Ya sé dónde está con eso. Gateando a toda velocidad a mi espalda.
Este bebé debía soñar con ser atleta o algo por el estilo. Le encanta gatear por todo el departamento, y cuando su padre regresa del trabajo, finge que es alérgico al piso. Es todo un consentido.
—Junior, no — le digo cuando lo veo intentando levantarse para sostener la manija de la puerta — Te vas a caer.
El bebé se cae de trasero y se pone a llorar. Aunque no s