—Estoy más cuerdo que nunca —contestó, y miró a Vanessa a los ojos—, eres la única persona en la cual confió, sé que los bienes estarán en buenas manos.
Vanessa se llevó la mano a la frente, negó con la cabeza.
—¡Es una locura! —insistió—, tu abuela pondrá el grito en el cielo, y con más razón pensará lo peor de mí. —Resopló—, no, no quiero, ni puedo aceptar algo así.
Ryan sintió la garganta seca, bufó, por un lado, comprendía a Vanessa, pero por el otro, ella era la única persona de confianza a más de Jordan.
—No te preocupes, no te forzaré a hacerlo. —Se puso de pie y se dirigió al baño.
Vanessa notó su evidente molestia, y sintió una punzada en el pecho, pero para ella esa propuesta era demasiado arriesgada, además de los problemas que le iba a generar. Suspiró desanimada, entonces escuchó que él abrió la regadera. Enseguida ella salió de la cama, tomó su ropa, se vistió y bajó a su apartamento.
Cuando entró, miró a su madre en el comedor con el tarot sobre la mesa.
—Sabía q