Extra: Una gata salvaje.
Karol abrió los labios, jadeó sorprendida, bufó y negó con la cabeza.
—No te confundas, qué podría ser al revés —expresó orgullosa altiva, venía de una familia de mujeres fuertes, y ella no era la excepción—, anda mueve tu traser0 y retira esa carcacha, que obstaculizas el paso de mi Lamborghini.
—¿Carcacha? ¡Es un Ferrari! —musitó apretó los puños, su rostro mostró una expresión de seriedad, si algo le molestaba era que se metieran con su auto, era su más preciado bien.
—Un auto barato —murmuró Karol con desdén—, te recuerdo que el fabricante de tu amado Ferrari le dijo a Ferruccio Lamborghini que siguiera fabricando tractores, y mira construyó un auto mejor que el tuyo. —Señaló con su mano a su vehículo.
—Este auto tiene para mí no tiene valor, es invaluable, porque ha estado conmigo en las buenas y malas. —Miró a Karol—, hay cosas que el dinero no puede comprar —refutó.
Karol bufó se hizo a un lado para dejarlo pasar y que por fin moviera su vehículo. Jordan subió encendió