Edward es un chico nada atractivo, feo realmente, callado, tímido, opacado y poco sociable, pero muy listo. La historia comienza cuando crece y se convierte en un hombre, y su padre, Henry piensa que ya es hora de que se ponga al frente de las empresas de la familia, pero a él no le gustaría tener que hacerlo, ya que Edward es feo y sería la burla de todos, también supone que no es su hijo, porque sus otros dos mellizos si son guapos, así que no sabe cómo evitarlo, también desea que se pueda casar con una mujer hermosa de alta sociedad, pero se pregunta quién querría casarse con él, es un hombre tan difícil de mirar, en otras palabras, "horrendo."
Leer más—¡¡Este no es mi hijo!!, es un bebé horrible, ¡Es imposible!, esto es una aberración que sobrepasa mis límites, ¿acaso me has engañado Betty?, es inverosímil que este adefesio sea sangre de mi sangre.— Repetía el señor Henry Fuller enojado e irritado, su cara pasaba de rosa a roja en un instante, y con razón ese bebé no se parecía en nada a él.
—Pero es tuyo Henry, jamás te engañaría, por quien me tomas, toda la vida te he sido leal, jamás he mirado a otro hombre que no seas tú, ni con la esquinita de mi ojo.— Exclama la señora Betty de Fuller, triste y acongojada al escuchar las acusaciones de su esposo, ella solo agacha su cabeza y respira profundo, parece que quisiera explotar de desolación.—¡No!, no lo es.— Refunfuña gritando por toda la habitación, no puede evitar sentirse airado. Si este, no sé ni como llamarlo, si esto fuera mi hijo seria demasiado guapo, pero es el bebé más feo que mis ojos han mirado, es que la palabra feo le queda corta, es monstruoso, no quiero verlo, ¡¡mis ojos!!, ¡¡mis ojos!!.— Él huye pronto de la habitación agarrándose la cabeza a dos manos sin rumbo.—¡¡Henry vuelve acá!!, te comportas como un niño chiquito. No seas inmaduro. —¡No quiero escucharte, Betty!.— Mientras huye le grita a su esposa.El señor Henry está verdaderamente sorprendido o la palabra debería ser angustiado, confundido, no puede creer que ese niño es su hijo, él no comprende por qué esa cara tan fea es la de su primogénito que espero por tanto tiempo. Lo niega, hace berrinches, para el su hijo debería verse superatractivo hasta recién nacido, por esa razón fue directo a su casa y dejo a su esposa Betty en el hospital sin explicación alguna.Años después nacieron sus mellizos, dos niños bastante guapos, nada que ver con su primogénito, para él es el niño más horrendo del mundo y así lo bautizo y como no, si sus mellizos son dos niños rosaditos con ojos grises, unas tremendas divinuras como él les dice Él nunca ha aprendido aceptar a Edward, el primogénito creció sin el cariño de su padre, ya tiene doce años y para el señor Henry nunca existió y mucho más ahora que habían nacido los divinos mellizos, nada comparados con Edward, que había sido su desgracia, su momento más humilde. Alardea de sus nuevos pequeños bebés como si fuera un semental, un hombre capaz de hacer niños guapos y seguía pensando que la señora Betty lo había engañado.—Estos son mis pequeños guapos, dignos hijos de su padre, no como Edward, que aun en su adolescencia no ha cambiado nada, aún está muy feo. Siempre que puede los compara y se burla de su hijo mayor, nunca muestra aunque un granito de amor para con él.—Cállate Henry, ya estoy cansada de que hagas menos a nuestro hijo solo por su apariencia, ni siquiera es feo, es normal, solo que tú quieres la perfección y eso no existe.—Como que no mujer, mira a Felipe y a Lorenzo, son los bebés más bellos del mundo, ellos sacarán la cara por esta familia, ya lo verás, su presencia se notará en dónde quiera que estén.—Es posible, pero no debes desmeritar a Edward, su inteligencia sobrepasa lo superficial, le ha ido muy bien en la escuela, es casi un genio, debes resaltar las bondades de tu hijo mayor.—Menos mal, después de verse tan mal, algo bueno debería tener, porque con esa cara no podrá lograr mucho, ni llegaría lejos, mejor presta yo cargo a mis mellizos.—Él se los arrebata a Betty y los consiente en su regazo mirándolos con profundo amor, admirando su belleza.Lo que a Edward nunca quiso llevar en sus brazos. Solo ha sobrevivido con el amor de su madre.A pesar de todo lo que le ha tocado vivir con el señor Henry, él es un niño muy inteligente y obediente. Incapaz de llevarle la contraria a su padre, ha pasado muchas noches pensando como hacer que su padre lo quiera aún que sea un poquito, al menos.Por eso ha dedicado su tiempo a aprender, Leyendo libros de cultura, historia, matemáticas, en definitiva quiere que su inteligencia sobrepase su fealdad, la que su padre le ha recalcado que ha llevado todos estos años. Su madre, Betty, lo sabe y está bastante orgullosa de él, tanto que hace lo que esté a su alcance para verlo sonreír.Ya sin crecer con el cariño de su padre, él es muy bondadoso con su madre, respetuoso y un poco gracioso.—Nunca voy a dejar de pensar en porque este Edward nació así, ya hicimos prueba de paternidad y es mi hijo, no entiendo qué paso, porque salió así, que castigo me dio Dios. Míralo, tan difícil de ver, crece y parece que se pondrá peor, no es como sus hermanos Felipe y Lorenzo, y por supuesto como su guapo padre.—Habla bastante enfadado y malhumorado.—No digas eso Henry, quizás hay que esperar un poco más para qué se vea más su atractivo físico, igual para mí sigue siendo guapo, solo que tú no lo ves. —Ella ya no sabe qué decir para convencer a Henry de que su hijo es normal y que lo trate con amor y respeto.—Ya tiene dieciocho años, ¿cuántos más se debe esperar?, ¿¡cuánto más para que se note que va a ser un hombre guapo!?, imposible Betty nunca se verá mejor, los dos lo sabemos, no nos hagamos tontos y ciegos.—Como un padre puede despreciar tanto a su hijo, solo por qué no es guapo, en que cabeza cabe tanta discriminación, nunca imaginé que me case con el hombre equivocado.Nunca pensé que diría esto, pero ya estoy cansada de ti y de como has tratado a Edward todos estos años.Solo ha sido un niño indefenso y lo has hecho pensar que no vale nada, es un chico con muchas virtudes y solo le has recalcado lo malo.¡¡¡Quiero el divorcio ahora mismo!!! No te aguanto un día más, estoy cansada, me llevo a los gemelos y a Edward conmigo, te quedarás solo con tu soberbia, arrogancia y frialdad.Dos días después.Edward y Leonor están es las playas de Cancún, en México, un lugar encantador, la brisa el mar son el complemento perfecto para sellar su amor.—Es increíble que estemos aquí, después de todo lo que hemos pasado. — Leonor suspira maravillada.—Así es amor, han sido los meses más caóticos y locos de mi vida, pero no me arrepiento de todo lo que tuve que pasar, sabes por qué. — Se sonríe mostrando sus blancos y relucientes dientes.—¿Por qué mi vida? — Ella se acerca sigilosamente a él.—Porque a pesar de todo eso estoy contigo, eres mi esposa, la señora Fuller, la única mujer digna de ocupar ese lugar, maravillosa, linda, con carisma, amorosa, amable, un encanto de mujer. — Él la detalla con ojos de enamorado.Me quedo corto para decir todo lo que mereces cariño, si no fuera por ti mi vida fuera otra, no sería alegré, tú lograste lo que nadie más y eso es amarme, amarme sin miedos, sin temor a verme todos los días, por mi apariencia que a muchos les resulta horrible.
—Debo hacerlo, esto no se puede quedar así.— Ella siente mucho coraje e impotencia.—No, tú no vas a ir a ningún lado esposa mía, deja que Nicholas y los muchachos se encarguen de esas mujeres. — La voz de Edward se escucha acercándose, más vivo que nunca.Tú no eres responsable de las actuaciones de los demás, siempre hemos sabido la clase de persona que es Helena y realmente no me sorprende para nada que haya querido matarme.—Edward tiene razón Leonor, todos sabemos la nobleza de mujer que tú eres, no debes sentirte mal por lo que hizo Helena, ella pagará por sus culpas y tú por fin tendrás paz junto con mi hijo. — Betty le dice sonriendo levemente.—No sé si pueda sentir paz después de saber que mi hermana intentó matar a mi esposo y más que debo cuidar a su hija por el resto de su vida.Me pone realmente triste todo esto, solo quisiera tenerla en frente y decirle todas sus verdades a la cara. — Se frustra.—Bueno, si eso quieres, es posible.—Nicholas. — Betty lo nombra en forma
Ya en la iglesia.—¿Por qué Edward está tardando tanto?, ya debería estar aquí, Leonor no ha podido salir de la mansión porque él no está esperándola en el altar. — Mira la hora angustiada en la pantalla del teléfono.—¿Ya lo llamaste mamá?, a lo mejor está en el tráfico, espera, lo llamaré yo mismo, no comprendo cuál puede ser el contratiempo. — Nicholas se altera.—Por favor, hijo, llámalo, iré a buscar al padre para que espere y nos tenga un poco de paciencia. — Betty entra a la iglesia con prisa.—Sí, madre, no te turbes.Nicholas marca en repetidas ocasiones e intenta contactar con Edward, pero es imposible, el teléfono solo timbra y él no responde.Él empieza a preocuparse y le dice a los muchachos que vayan al hotel y revisen las cámaras de seguridad.Media hora después, Edward llega a iglesia.—Hijo, nos tenías muy asustados a todos, ¿que paso?, ¿por qué estás llegando a esta hora?—Madre lo siento, me retrasé un poco, tuve un inconveniente con una mujer, fue todo muy extraño,
—Buenas noches, lamento interrumpir su amena conversación, pero tenía que venir a saludarte Edward y a disculparme contigo por los inconvenientes del pasado. — Ella interrumpe de forma nada delicada.Sé que una disculpa no arreglara nada, pero al menos te darás cuenta que soy sincera. — Se sonríe con suavidad.—Responde algo amor, Helena se está disculpando. — A Leonor se le enciende su rostro.Edward se ha quedado en silencio ante la presencia de Helena, no sabe qué decir por qué él no confía en ella, y con razón, pero no quiere que Leonor se sienta mal por su hermana.—De verdad lo lamento Edward, siento todo lo mala que fui con ustedes y tu familia, por eso estoy aquí, la muerte de mi madre me ha hecho reflexionar y sé que Leonor es lo único que me queda. — Le dice apacible.—¿Y tu hija, Helena?, no la olvides, supongo que con todo esté cambio te la vas a llevar contigo no, ¿o me equivoco? — Se muestra tenso.—Helena y yo ya hablamos sobre ese tema, amor ella me ha dado razones par
—Soy Helena, la hermana de Leonor, ¡¡déjenme pasar idiotas!!. — Se adentra con fuerza.—Señora entienda, nadie puede pasar sin la debida autorización de la señora Leonor. — Él la empuja ligeramente hacia la salida.—¡¡Para tí, señorita!!, ¡¡ningún señora!!, ¡¡me respetas!!, ¡¡no somos iguales!!, tú solo eres un empleadito, ¡¡ahora llámala y dile que estoy aquí!!. — Le levanta la voz.—Un momento señorita. — Le dice con seriedad y enojo.—No comprendo para que tanta seguridad, ni porque fueran de la realeza. — Se burla.—Su hermana dice que pase.—Ok.—Leonor, hermana qué gusto verte, no entiendo por qué tanta agresividad en la seguridad de la Villa, ¿que sucede?. — Le dice acercándose abrazarla y Leonor se retira hacia atrás.—Helena, que descaro, no fuiste capaz de venir al funeral y la cremación de nuestra madre, y ahora llegas como si nada hubiera pasado. — Le habla enojada.—Ah es eso, realmente quería venir, pero se me atravesó un problema y debí solucionarlo, lo siento, sé que m
Gritos de desconsuelo se escuchan en la habitación en la que se encuentra Kristel.Edward corre apresurado a ver qué sucede, el desespero en los gritos de Leonor son tan fuertes que asustan a cualquiera.Y es realmente lamentable lo que acaba de ver, su madre tirada en el piso boca arriba, pálida y tiesa, es como de horror, pobre Leonor, nunca su vida está completa, las tragedias la acompañan siempre.Edward entra a la habitación y la escena las dibuja a ellas, Leonor tirada en el piso a un lado de su madre, moviéndola, intentando que le hable y respire otra vez, pero eso no va a suceder porque ella ya lleva más de cinco horas muerta, el desespero la invaden, el dolor ha penetrado su alma.Mientras dormía, la despertó un dolor en el pecho y ella se levantó, en cuanto lo hizo se desplomó, cayó al piso y su corazón dejo de latir, fue una muerte repentina y sin mucho dolor, ella sufrió poco.Edward se acerca a Leonor e intenta consolar a su amada, pero no hay nada que pueda hacer para qu
Último capítulo