La siguiente estela llegó del lugar menos esperado. Convencida de que Harry iba a dejarla, que se iría lejos y no podría retenerlo, Laura decidió utilizar su último recurso: la misma Deanna.
A lo mejor los últimos días de la recta final de su embarazo la estaban enloqueciendo, a lo mejor los rumores constantes sobre Deanna y Daniel la fastidiaban o a lo mejor se sentía acorralada por el eminente final de su corto matrimonio; pero Laura estaba lívida, cansada, exhausta.
Uno puede tomar las mejores decisiones cuando siente que se juega algo importante, o las peores de toda su vida; finalmente, es el resultado quien lo determina. Tenía la sensación de que algo se le fugaba entre los dedos.
-Deanna, necesito hablar contigo. ¿Crees que puedas venir al café de la Universidad a las 4?
-Hola Laura, claro, ahí estaré ¿Estás bien?
-Si. Te espero allí
No, Laura no estaba bien, para nada bien. Le costó subir los cinco escalones del café, los pies la estaban matando. Cuando abrió la puerta encontr