Yo me sentía sin fuerzas y como si hubiese caído una pesada manta sobre mí que me impedía moverme. Sabía que me estaba comportando de la manera más irracional posible, esta no era yo, yo había pasado tantas cosas en mi vida, y jamás me había quedado así.
Cuando había muerto mi abuela, yo estaba preparando un funeral y estaba atendiendo todas las personas que me dieron el pésame, me enfrasqué en el trabajo para distraerme. Cuando me enfermé, tuve mis etapas oscuras, pero yo siempre volví a levantarme, una y otra vez.
Entonces... ¿Por qué esta vez iba a ser distinta? No solamente porque siempre había una oportunidad, siempre había algo por hacer, decía mi abuela. Lo único que no tiene solución es la muerte, solía mencionar ella. Yo estaba viva, y además no estaba sola.
Mara había venido ya varias veces a hablar conmigo, inclusive Emilia Pascal también. Pero era Oliver quien más me cuidaba, me consolaba y me abrazaba, y quizás él creía que yo no me daba cuenta, pero sabía que se qued