—Así qué había una propuesta, él, tu ex... te había hecho una propuesta— decía yo tan molesto como sorprendido. La escena que acaba de hacer era completamente impensable para mí. Yo había empezado a abrir mi corazón para ella, sabía que teníamos algo importante, algo real... Y todo se había venido abajo.
—Respóndeme Lisa—
—Oliver... no es así, no es así como ha dicho James...— decía ella viéndome angustiada, su boca temblaba y me seguía con la mirada mientras yo caminaba de un lado para otro en la sala.
—¿Ah si? Cuéntame entonces como demonios fue… ¡Como demonios entro a mi departamento y tengo a ese imbécil proponiéndote matrimonio! ¡Cuando tú estás casada conmigo! ¡Tú eres mi esposa Lisa! ¡Maldición!— grito y pateó una de las sillas que cae de lado. Ella respira nerviosamente y me mira con ansiedad.
—James... está fuera de sí, de repente se ha dado cuenta de que su vida conmigo era mucho más fácil y yo hacía todo por él y... Perla estaba en las cosas del embarazo y...—
—¡Resp