A Natalie se la llevaba el diablo.
No podía creer que después de todo lo que hizo y de tener que llevar cubrebocas para que nadie viera cómo le había quedado la sonrisa, esos dos continuaran juntos.
Los había visto entrar de la mano en la empresa y muy felices.
¡¿Cómo era posible?!
Odiaba a Roger, odiaba a esa mujer y quería destruirla por burlarse de ella de esa forma.
Elizabeth debería estar llorando y no feliz junto a su esposo.
Rabiosa, llamó de nuevo a Anderson para citarse con él.
¿Cómo iba a decirle que había fallado? Él le proporcionó los hombres, el auto, la droga que dejaría a Roger como un manso corderito y sin voluntad y ella no había conseguido el objetivo.
Además, cómo Anderson conocía perfectamente el manejo de la empresa Robson, incluso la ayudó para que no quedaran grabaciones que la inculparan de nada.
A pesar de todos los esfuerzos nada funcionó, esos dos continuaban juntos y muy acaramelados.
Incluso Rosmari no contestaba el teléfono.
Pues ella no pensaba permiti