Sonidos extraños llegaron a los oídos del CEO, parpadeando consiguió descubrir que estaba solo en la cama.
¿Y Kathy?
Los sonidos volvieron a escucharse. Se sentó esta vez más alerta, venía del baño.
Se paró con rapidez y abrió la puerta del baño solamente para encontrar a su esposa arrodillada frente al inodoro.
—Kathy…
Se apresuró a entrar y sujetó su cabello en un puño mientras susurraba algunas palabras de aliento a la mujer.
—Easen…
La pelirroja no podía hablar de las arcadas que cada vez eran más seguidas. A Easen se le contrajo el corazón en el pecho, estaba molesto porque ella no le dijo que seguía teniendo náuseas lo que significa que la gastritis no estaba desapareciendo y a la vez estaba molesto consigo mismo. ¿Cómo iba a decírselo si él no está en la casa más que para dormir 3 a 5 horas?
Siguió acariciando su espalda mientras su esposa vaciaba el estómago, lo poco que logró comer ayer.
Cuando terminó, la cargó de nuevo en sus brazos y la llevó a la cama. Sin decirle nada co