Capítulo 142 Fuegos artificiales
Eleonor lo observó con asombro. Durante un instante creyó que no había escuchado bien.
— ¿Por qué hiciste eso? —preguntó con la voz temblorosa, entre la sorpresa y la incredulidad.
Luca la miró con esa calma suya que a veces la desarmaba, otras la exasperaba.
—En primer lugar, porque te amo —dijo con serenidad—. Te he estado observando cuando hablas de esa empresa. Te preocupa la textilera, sientes afecto por ese viejo edificio y por sus empleados. Amas ver las telas que allí se elaboran… y, bueno, también es parte de la herencia de mi hijo.
—Pero no fue lo que hablamos al principio —replicó ella, aun procesando sus palabras.
—Ya te lo dije, todo lo invertido, es tuyo. Fabricio está en los detalles legales. Quieres conservar el legado de tus padres, mantener viva la historia de los Rossi… pues todo está en tus manos.
Eleonor lo miró fijamente, buscando en su rostro algún rastro de duda o de impulso momentáneo, pero no lo encontró. Luca hablaba co