Alberto observaba el gran cartel colocado en la entrada de la posada. “Posada Bosques Playas” lo llevaba escrito con letras grandes y en el fondo tenía la imagen de aquella vista hacia el mar desde el risco de la Isleta.
-Samuel hizo un buen trabajo con la cámara, debo contratarlo como fotógrafo personal -pensó y entró por el portón de la posada.
-Señor Carrasco -dijo llamando su atención el asistente de logística.
-¿Cómo está su esposa? No la vi almorzando con usted -Le preguntó.
-Debe estar mejor -respondió con total inseguridad.
-Me preocupa que se halla enfermado al tragar agua salada, porque luego llovió y quizá eso ocacionó su resfriado.
-Iré a verla -Alberto siguió caminando hacia el frente, pero Samuel hizo que frenara su pasó.
-Y… ¡Señor! -Samuel se le acar