CAPÍTULO TREINTA Y UNO

Melina balancea el peso entre sus pies mientras trata de armarse de valor para llamar a la puerta de la habitación de Thomas. No puede creer que tenga miedo de decirle que no tiene ropa para esta noche, pero no puedes culparla. Thomas se enoja con ella incluso cuando ella no hace nada para provocarlo. Melina deja de decírselo y se aleja de la puerta cuando se abre, y Thomas sale.

¿Qué haces parada frente a mi puerta, Melina?Thomas pregunta mientras la mitad de su cuerpo aún mira hacia la puerta.

Tragando saliva, se aclara la garganta antes de hablar.

Uhmmtrata de hablar, pero de

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