Capitulo 02: La nueva Reina.

Solo una semana después, en horas de la noche. 

"¿Por qué?"

"¿Por qué ese hombre aceptó tan fácilmente que sea su esposa?"

"¿Por qué me quiere convertir en la nueva Reina de Maita?"

"Apenas interactúe con él cuando estaba cautiva aquí en Maita y era obvio que me odiaba"

"Un momento… ¿Podría ser por eso? Él… ¿Quiere hacerme daño? No… Este es un matrimonio político, en nada le beneficiaria matarme, mi hermano Raynold está cegado por poder y no me quiere en lo absoluto, pero… Tampoco le permitirá que me lastime, al menos eso quiero creer" 

Pensaba Virginia sentada en una elegante silla de una espaciosa habitación. 

Tock, tock… 

Comenzaron a tocar la puerta. 

— ¿Ya se encuentra lista la princesa? 

— Sí, en unos minutos saldremos, que comiencen la ceremonia. — Decía una de las mujeres que acompañaban a Virginia en ese salón, preparando a la joven princesa de ahora diecinueve años para su boda.

— ¡Luces preciosa! ¡Te ves mil veces más atractiva que la anterior Reina Cassandra cuando se casó! — Comentaba Tiana, soldada guadiana y amiga de Virginia en Maita que había conocido cuando estuvo cautiva. 

Virginia sonrió forzosa sintiéndose terriblemente mal en su interior. 

Ese era el día de su boda con el Rey de Maita, Lance Lamparth. 

Un evento que duraría tres días, los cuales para ella ya comenzaban a sentirse como un calvario.  

Virginia se levantó pidiendo a las acompañantes que se retiraran, quedándose a solas con su amiga Tiana. 

— ¿Ocurre algo? — Preguntó la mujer soldada pelirroja y de hermosos ojos verdes a Virginia. 

— No, es solo que todo esto es tan agobiante, no quiero casarme con ese hombre y aquí estoy vestida de dorado con esta cinta cruzada por mi pecho del emblema Maitano… No lo entiendo Tiana, tu qué eras guardiana del príncipe heredero y por ello cercana al Rey Lance, ¿Por qué acepto la petición de mi hermano? ¿Por qué casarse conmigo? Por más que lo pienso no le encuentro sentido. 

Tiana exhaló acercándose a la princesa Gorianita abrazándola. 

— Tranquila, todo va a estar bien, Lance no es un mal hombre. 

— ¿No? ¡Es un mujeriego que no perdería la oportunidad de meter a una mujer en sus aposentos a escondidas de su primer concubina Abril Brown! Además… Esa mujer rubia es otro gran problema, ella… Dicen que causa la muerte de toda mujer que llega a acostarse con el Rey de Maita. 

— Jajaja~ — Reía Tiana; Virginia se le quedó viendo sorprendida. 

— ¿Que es tan gracioso? 

— Lo siento, no me reía de ti, es más sobre lo que piensas, me causa gracia, Vini… ¡Serás la Reina! Abre los ojos y mírate bien al espejo, de pies a cabeza, tu precioso vestido dorado y joyería, la cinta y la tiara, tu largo velo, la sangre de un poderoso Linaje Real corre por tus venas, eres la mujer más calificada para gobernar Maita junto al Rey Lance; da igual si una simple concubina te odia, nadie permitirá que te hagan daño aunque seas una extranjera y entre esos que te protegerán estoy incluida yo. 

Virginia se veía al espejo, pero todo lo que logró presenciar es que nuevamente estaba cautiva, nuevamente era usada. 

Ahora como un intercambio de paz, como una ficha política entre los poderosos Reinos de Gorian y Maita. 

El Rey Maitano, Lance Lamparth la odiaba y ella lo sabía. 

Virginia temió como sería vivir con ese hombre como su marido desde ese día en adelante. 

Su cuerpo nuevamente temblaba y un frío recorría su espalda. 

— La hora llegó, su majestad, mi futura Reina de Maita, la Gorianita, Virginia Wiztan. — Dijo Tiana haciendo una reverencia a su querida amiga y dentro de poco, nueva Reina Maitana. 

••••••••••

La música resonante en todo el lujoso salón de eventos, la ceremonia recién había finalizado y Virginia veía a las parejas glamurosas que mostraban sus mejores trajes de gala bailando elegantemente en la amplia pista frente a ella.   

Al costado derecho sus hermosos ojos color zafiros notaron a su hermano Raynold Wiztan y su esposa Melanie Hanrad, una jovencita que Virginia jamás había conocido.  

Recién escuchó unos rumores de que su hermano tomó a una señorita hija de un consejero como primer esposa, más no le dió el título de Reina en Gorian. 

"¿Quién es ella?"

Pensó la hermosa mujer castaña de ojos azules. 

Virginia dirigió ahora su mirada al sector izquierdo. 

Ahí estaba ese imponente y frío hombre con un aspecto impecable y un traje hermosamente decorado en dorado, rojo y oscuro. 

Los ojos de ese Rey se posaron en ella viéndola con frialdad. 

Virginia se sintió diminuta cuando ese ser de ojos dorados la veía con tal expresión. 

Sentía que se burlaba de ella, que la veía con menosprecio, como si de un pedazo de basura se tratara. 

Ella hizo sus manos enguantadas en puños, le molestó. 

Le molestó que en la ceremonia ni siquiera se digno a darle el beso en la frente típico de la boda Maitana y aún más que él pidiera que se omita esa parte. 

Le molestó que hace unos minutos cuando pidieron el baile oficial de la nueva pareja, el Rey Maitano dijera que no hacia falta y nuevamente se omitió. 

¡Él la estaba dejando quedar como un objeto político que no le importaba! 

¡Virginia se sentía indignada! 

¡¿Por qué diablos ese hombre actuaba tan cruel con ella?! 

¿Seguía molesto por la muerte de la antigua Reina Cassandra? 

¡Pero Virginia era inocente! 

¿Ella tenía la culpa que su padre asesinara a sangre fría a la anterior Reina de Maita, esposa de Lance Lamparth? 

¡No! 

¿Ella tenía la culpa de que el hijo de ese Rey y ahora hijastro de ella quedará sin su madre biológica? 

¡Claro que no! 

¿De que era culpable? 

¿De huir de Maita la primera vez que la capturaron con ayuda del mejor amigo y primer consejero Real, el Barón Allen Jones? 

Sí… 

Solo de eso se declaró culpable Virginia, más no se arrepentía. 

Si no hubiera aceptado la ayuda de ese Barón y comandante del ejército Real de Maita. 

No hubiera podido pasar un tiempo con su amado padre y hermano antes de que su otro hermano causará una guerra interna por el poder. 

"¿Cuando podré retirarme de aquí?" 

Pensó la joven de diecinueve años cabizbaja. 

"Siento que solo me exhibe para hacerme sentir como una tonta" 

"No me dará el lugar que merezco" 

Pensó Virginia, cuando de pronto la música se detuvo y las personas que bailaban se dividieron unas en el sector derecho y otras al izquierdo dejando un pasadizo en el centro. 

Virginia se sorprendió, ancianos vestidos con trajes elegantes identificados con los símbolos del Reino de Maita ingresaron. 

— Gracias a todos por su presencia, sean testigos de la ceremonia de coronación a la nueva Reina de Maita. — Anunciaba un hombre al lado izquierdo del Rey Lance. 

La joven Gorianita no podía creerlo. 

Después de tanto menosprecio en la boda, siempre iba a ser coronada Reina.

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