No le interesa el niño. No es la primera mujer que le dice que está embarazada. Aún no está listo para ser padre, no quiere uno con ella. Además, ni siquiera está seguro de ser el padre del niño.
Tomó su teléfono y le envió un mensaje de texto: "Mañana a la hora del almuerzo, reunámonos". Esperó su respuesta, pero ella no lo hizo. La llamó y ella no contestó su teléfono.
Rosalinda no pudo contestar el teléfono. ¿Cómo iba a hacerlo si estaba llorando a mares? Se sentía con el corazón roto y herida. Era demasiado para ella.
Desde que llegó a casa después de salir de la oficina de Chase, se encerró en su habitación y no salía. Lloró hasta que no le quedaron fuerzas para sollozar.
Su madre y su hermano intentaron persuadirla para que saliera de la habitación, pero ella no los escuchó. Finalmente, cuando lo hizo, afirmó tener un dolor de cabeza palpitante.
Fue mientras estaba con su madre y su hermano cuando Chase llamó. Ella no estaba allí para contestar su teléfono ni sabía que Chase le