¿Qué había cambiado en Rubí?
Algo en su mirada, en su porte. Irradiaba una altivez tranquila, una seguridad que nunca antes había mostrado. Ya no era la misma.
—Rubí, ¿dónde has estado estos días? ¡No podíamos encontrarte! —Efraín intentó sonar autoritario, como el padre que solía corregirla.
Pero cuando sus ojos se cruzaron con los de ella, la voz le tembló. Lo que quiso decir se quedó atorado en su garganta. Una culpa inexplicable lo detuvo.
Rubí no respondió. Su teléfono había estado encendido todo el tiempo. Solo había recibido un mensaje, y fue de Eva. ¿Y ahora decían que la habían estado buscando? No les creyó ni por un segundo.
Eva, algo más perceptiva, miró a Marcus y luego a Rubí con cautela. La ropa lujosa, la postura, el aire distinto... todo la hacía dudar.
—Rubí, este hombre es…
La inseguridad en su tono era como una puñalada. Rubí fingió que no le afectaba, pero por dentro dolía. Había pasado casi veinte años tratándolos como sus verdaderos padres. Aun así, en el primer