—Este compromiso no tiene validez. Lo cancelamos —declaró la Sra. Thomson, dándose la vuelta de golpe—. Suban a buscar al Sr. y la Sra. Gibson. Díganles que rescindimos el acuerdo. Ya no hay compromiso.
Arriba, los padres de Marcia seguían preparándose, ajenos al desastre que se desataba abajo. Lo que debía ser una celebración se convirtió en una humillación pública. Los reporteros fueron escoltados fuera. Los invitados comenzaron a marcharse con rapidez, susurrando entre ellos. Erick, visiblemente afectado, ayudó a su madre a sentarse.
Luego, clavó la mirada en Marcia. No dijo nada, pero estaba claro que creía en el contenido del informe. Cuando se giró hacia Rubí, había algo más en sus ojos: culpa… y arrepentimiento.
—Erick, señora Thomson, deben escucharme. ¡Yo nunca estuve embarazada! ¡Ese informe no es mío! ¡Rubí me tendió una trampa! —Marcia intentaba desesperadamente mantener el control, pero su voz temblaba.
—Eres una desgraciada sin pudor. ¡Cállate! —la interrumpió la Sra. Th