Alana.
AKIM.
Esto tenía que ser una broma en su totalidad. Solo me quedé mirando fijamente a Akim mientras pensaba qué podía responderle. La verdad es que su mirada ya no era la misma, y la sonrisa que me daba solo me causaba escalofríos.
Sin embargo, aposté por nuestra amistad, por lo que había recorrido con él en estos últimos tiempos, y por esta alianza de ver a nuestro país libre, que seguía uniéndonos.
No hice caso a la palabra llamada “Guerra” y sonreí para él.
—Te felicito por el cargo. ¿Te acuerdas de Abigail? —solo en ese momento él movió la dirección de sus ojos, y Abigail caminó hacia nuestro lugar.
—Hola, Akim… —él la recorrió entera con un poco de indiferencia y asintió con la cabeza.
—Hola…
—¿Podemos tener unos minutos? No te quitaré mucho tiempo… —pregunté rápidamente, y luego él me dio otra sonrisa.
—Por supuesto… vamos… deja que tu amiga conozca el palacio. Y no te asustes, esto será reconstruido en un tiempo, y se verá mejor ante tus ojos.
Le di una mirada larga a Ab