Quien te traicionó una vez, volverá a hacerlo...
—Ethan, no está! ¡El niño no está! —gritó Jazmín mientras bajaba las escaleras apresuradamente y con el corazón latiendo con fuerza a punto de estallar.
Detrás de Ethan, tambaleante y con la mirada aún nublada por el somnífero, Soledad apareció en la sala, sujetándose del barandal de la escalera.
—Fue Jimena. Tuvo que ser ella quien se llevó al niño —dijo con voz trémula.
—¿Pero por qué haría algo así? —preguntó Jazmín, incapaz de ordenar sus pensamientos en medio del caos.
—Sabía que no debía confiar en ella —espetó Ethan, su voz cargada de una rabia, lo que hizo que tanto Soledad como Jazmín sintieran el peso de la culpa—. Voy a buscar a mi hijo.
—Voy contigo —se apresuró a decir Jazmín, dando un paso al frente.
Pero la mirada fría de Ethan, dura como acero, la dejó paralizada en el sitio.
—Iré solo. Tú quédate con Soledad por si regresa —ordenó con voz firme.
Sin más, tomó las llaves que acababa de dejar sobre la mesa y salió de la mansión.
Apenas estuvo e