El CEO camina con prisa hasta la oficina y al entrar en la misma la encuentra vacía.

—Mierda…

Ni siquiera pudo felicitarla por su logro, pero al menos ya sabía dónde se estaba quedando a dormir, por la noche iría a visitarla para conversar con ella y pedirle disculpas por las palabras que dijo la vez pasada.

No había sido su intensión ser un grosero, pero es que estaba tan cabreado cuando la oyó hablar con su prometido que no razono.

Además, oficialmente iba a trabajar para él, necesitaba limar las asperezas entre los dos.

[…]

Julia empaco la poca ropa que tenía, de sus antiguas maletas al final no pudo recuperar nada ya que salió corriendo de casa de Bruno, pero eso ya no importaba.

La joven cierra el bolso cuando oye la corneta del coche del chófer, mira la hora en su reloj y se da cuenta que se le estaba haciendo tarde. Su vuelo se había adelantado una hora, así que debía irse antes de que una tormenta cayera en el camino.

No estaba dispuesta a pasar por lo mismo una vez más, y men