Mundo ficciónIniciar sesiónApretaba a Cory por el cuello con un brazo, el pulso me golpeaba en la garganta. No quería tirar del gatillo, pero tampoco aparté el arma de su sien. Mi corazón redobló.
—Kevin, cálmate… —dijo Cory con la voz más suave que logró emular.
—¡No puedo! ¿No lo entiendes? Les arruiné la vida —yo hablaba nervioso al oído de Cory, luego fijé la mirada en su prometido: mi supuesto primo serio y de pocas palabras, el que más de una vez abogó por mí ante el enano—. ¡Cacius, tira el arma o te juro que le vuelo la cabeza!
—¡Cacius, baja el arma! —exigió Cory a su prometido.
Él se negó, pese a no variar su típico semblante serio, noté irá en su mirada. ¿Cómo no enojarse? Ellos hicieron mucho por mí y allí estaba yo, el propio traidor.
El enano tragó con dificultad, pude sentirlo en mi antebrazo después de reforzar la presión al cuello. Cory estaba nervioso por la situación, en el tono de su voz era evidente; pese a eso, buscó calmar las aguas,







