Brock
Con los gritos de Azaleia en segundos había varios hombres en la habitación. Yo la tenía en mis brazos, sentada en mi regazo, abrazándola y cubriéndola para que nadie la viera en su camisón y ella no presenciara el desastre que es nuestro cuarto.
En minutos entra Layne por la puerta mirando a Dashi, el primer cadáver, a mí y a Azaleia, el segundo cadáver, en ese orden.
—Por la noche misma y sagrada… ¿Alguien me puede explicar qué rayos ha ocurrido?”— pregunta, sus ojos casi saliéndose de la cara mientras Dashi revisa a su víctima, la que por cierto ha matado casi sin parpadear, y Roldán revisa el que yo maté, sacando y devolviéndome mi cuchillo.
—Señor… —me dice Dashi y veo asomándome, sin soltar a mi esposa de mis brazos que se aferra a mi cuello, a mis brazos y a mi camisa con una fuerza imposible. Lo veo claramente en el pecho de la víctima que me muestra Dashi mientras sostiene la camisa abierta: un círculo en llamas en color rojos y anaranjados, el sello del sol.
Así