Valeria
Una punzada de dolor en la parte baja de mi abdomen me hace removerme en la cama, consiguiendo que la sábana que tengo encima se deslice de mi espalda y la claridad me golpee de lleno mis ojos haciendo que los abra.
Tengo que parpadear al menos dos veces antes de poder abrirlos del todo. Me siento agotada y adolorida y en el instante en que noto que estoy desnuda bajo las sábanas todos los recuerdos empiezan a llegar uno a uno a mi mente.
Yo sentada en las piernas de Alessandro. Mi boca sobre la suya, sus manos debajo de mi vestido. Sus labios besando mis cicatrices y finalmente… Nosotros en la cama, él… él dentro de mí.
Me siento de golpe y una nueva punzada de dolor me golpea.
—Aaaa—cierro los ojos por un instante esperando que el dolor pase y es ahí cuándo su voz llega a mis oídos.
—Te he dejado una pastilla en la mesita de noche—la impresión de escucharlo hace que por poco me caiga de la cama y que lleve mis ojos hacia el lugar de donde viene la voz.
Alessandro está sentad