Usualmente, Daniela se negaría a cenar con Mauro Márquez, pero en esta ocasión no tiene opción.
Lo que ella más necesita son ideas o soluciones para sus problemas.
—¿Qué deseas ordenar, hermosa?—Le pregunta él a ella observando con disimulo su escote.
Él intenta controlarse, pero el cuerpo de Daniela lo llama demasiado. Es la mujer más hermosa que ha conocido en su vida y ha orquestado un plan durante años para tenerla solo para él.
—Lo de siempre —Le responde al mesero y este asiente
Mauro la invitó a uno de los restaurantes favoritos de Daniela y por ello los empleados conocen sus gustos.
Cuando terminaron de ordenar el hombre simplemente se alejó.
—Ya estamos acá ¿Tienes una solución o no?
—¿Por qué la prisa? Aún no te he dicho lo hermosa que te vez.—Él une su mano a la suya y está la aleja.
—¡Vas a hablar o me voy!.—Exclama furiosa
—Mi solución es un inversionista quien inyecte capital para liquidar las deudas y nuestro pago serian la mitad de las acciones de la empresa.
—Pero e