Por Gonzalo
Juro que si no pienso bien que hacer, lo mato, sí, mataría al infeliz que tengo delante mío y a Sonia, realmente no me faltan ganas.
Pienso tres veces cada palabra y entiendo que me tengo que manejar de manera mucho más inteligente que ellos
-De todos modos es bastante ingenua y tan poco interesada.
Me mira serio.
Sigo hablando para no asustarlo.
-No te voy a decir que al principio me pareció interesada, por lo que puse el departamento a mi nombre, pero después no insistió en que lo ponga a nombre de ella…lo único que me pidió es la casa donde vive mi ex esposa…y es lo único que no le puedo dar.
-¿Por qué no?
-Quiero que mi abuelo me dé el 33% suyo y si dejo en la calle a mis hijos, pierdo esa parte, por eso me enojé cuando Sonia se presentó en esa casa a apurar a mi ex…
-¿Fue hasta allá?
Ahora soy yo el que no se si está sorprendido o está actuando.
-Sí y estaba la mujer de mi viejo, un quilombo…no te voy a decir que Sonia no me pide cosas, pero son pequeñeces…ropa y algu