Por Gonzalo
Yo estaba casi desmayado.
No sé si estaba soñando o desvariando.
Solo tenía miedo de que se me escape la vida sin volver a ver a Eli, mi adorada esposa.
Solo espero que me puedan rescatar, evidentemente José Luis fue a cobrar el rescate y estoy pensando que con tantas drogas disponibles, él mismo debe abusar de otras clases de drogas, como cocaína o heroína.
Eso lo pienso en un segundo de lucidez, luego vuelvo a dormitar, no sé si estoy vivo, desmayado o que me sucede.
Siento todo el cuerpo entumecido.
No sé si estoy despierto.
Siento que estoy yendo a la deriva desde que conocí a Sonia, solo quiero en casa, quiero los domingos en familia, quiero las tardes con mis hijos, cenar con ellos, escuchando las anécdotas de mi pequeño hombrecito y tener las madrugadas más maravillosas que existen con mi esposa, la mujer que cuando la vi, no pude sacarla de mi cabeza.
¿Qué va a ser de nosotros después de hoy?
Dependo de mi padre, al parecer llegaron a un acuerdo por mi rescate.
Le