Mundo ficciónIniciar sesiónLayla
Me duele todo, no puedo sentir mi cuerpo, me siento pesada, adolorida, mis ojos pesan y no oigo nada. Quiero abrir mis ojos pero no puedo. Mi cuerpo pesa como mil veces más. Poco a poco puedo abrí los ojos, pero el olor a cloro y otro a podrido inundan mi nariz. Cuando por fin abro mis ojos veo un lugar donde nunca he estado, paredes manchadas de cosas que no quiero suponer y cuando estoy en mis cinco sentidos me doy cuenta que definitivamente estoy en el piso. Me levanto y me asusto, por qué antes de perder el conocimiento iba en camino a mi casa con mi madre. Me alarmó y me levanto con brusquedad, pero eso solo causa que me mareé, y sienta dolor por todo el cuerpo. Pero busco al rededor y consigo a mi madre tirada en el piso, siento pánico ya perdí a mi madre no quiero perder a mi otra madre. Cuando me acerco la empiezo q mover. - Nani, levántate por favor mama, no me dejes por favor, eres lo único que tengo- Las lágrimas salen, al verla con golpes. Siento algo caliente correr por mi frente. Al tocarme y mirar mi mano me doy cuenta que es sangre. Todavía estoy desorientada pero se que tuvimos un accidente, por lo que no entiendo por qué no estamos en un hospital, sino en este lugar. Me desespero al ver qué la persona que más amo está inconsciente en el piso, tiene pulso normal, pero estos golpes pueden ser graves. Me levanto con dolor y llegó a la ranura de la puerta, y empiezo a gritar. - Ayudaaaa, por favor. Ayuda- Grito con todas mis fuerzas. Pero solo recibo risas y burlas. - Deja de gritar perra, que aquí nadie te va ayudar, solo obtendrás que vengan hacerte sufrir- Gritan algunos hombres que seguro están cerca de aquí. Trago fuerte, me duele la cabeza, y todo el cuerpo, no se dónde estoy y la inconsciencia de mi madre me pone mucho más nerviosa. Lágrimas corren por mi rostro. Siento pasos fuertes, me levanto rápidamente, quizás mi padre ya se canso de castigarme y nos dejara salir. Empiezan a tratar de abrir la puerta, corro hacia donde mi madre está inconsciente, cuando ingresan son varios hombres que no reconozco y nunca he visto en mi vida. Tienen miradas oscuras y muchos me miran con lascivia en sus ojos, empiezo a temblar por qué caigo en cuenta que no es mi padre el que está atrás de mi encierro. - Por favor, quiero salir de aquí, no he hecho nada. Por favor- Mi voz tiembla. Tengo mucho miedo. Los hombres me miran, luego se miran entre ellos y sueltas carcajadas llenas de diversión. - Mira niña estúpida, de aquí saldrás pero muerta, tienes días contados pero primero se divertirán contigo- Cuando suelta esas palabras, mi corazón dejo de latir y cuando lo vuelve hacer es con un ritmo enloquecido. Veo a los hombres caminar hasta donde está mi madre y me les atravieso. - Ni se les ocurra tocarla- El hombre que está frente a mi, me mira serio hasta que sin prever movimiento me agarra del cabello y me lanza al piso. Cuando caigo al piso, siento un dolor terrible en las piernas-ah, auch- Levantan a mi madre y salen de hay, yo empiezo a gritar. - Para donde se la llevan, por favor no le hagan nada- Me entra un ataque de pánico por miedo y por todo lo que he llorado. No sé a dónde se la llevan y sino la vuelvo a ver, desde que tengo uso de razón ella ha sido la que me a cuidado, mi familia, mi mamá. Aunque no llevemos la misma sangre para mí lo es. Pasan horas y el desespero se apodera de mi, mi cuerpo duele, los golpes que me dió mi padre, más los del accidente están pasando factura, pero como puedo me levanto para volver a gritar entre las rejas de la puerta. - Auxilio, por favor ayuda, no se que hago aqui- Golpeo con mi mano las puertas con fuerza pero nadie viene, sigo gritando hasta quedarme casi sin voz. Cuando voy a volver a gritar siento pasos. Camino hacia el fondo del pequeño cuarto, cuando abren no me da tiempo de nada cuando mucha agua es lanzada en mi dirección, está helada y los hielos golpean mi cuerpo, gimo de dolor pero cuando quiero gritar, otro golpe de agua llega a mi. Mis ojos se abren más si es que es posible, cuando paran, estoy soyozando y temblando. Mi ropa está toda mojada- Pero que les suceden están locos- Ellos se rien- agradece princesa que está vez es agua, quisiera lanzarte ácido pero debemos dejar que el jefe disfrute primero- Cuando termina la frase, mis nervios se disparan, el frío cada vez se pone peor. Salen de la habitación pero uno voltea, y escupe.- Disfrutaré cada minuto cuando el jefe se canse de ti-.






