No he podido pegar el ojo en la noche, no he podido ni desayunar bien y menos puedo concentrarme en la felicidad de Giana este día. Estoy de hecho en la suite de hotel en donde sus damas de honor son maquilladas y peinadas para su boda.
Allá está Giana con una bata blanca de seda que atrás dice “Nov