Franco:
Recostado a la pared del cuarto de hospital, esperamos los resultados de los exámenes de Riley junto con las palabras de su médico de cabecera.
Mis ojos bajan a mis brazos, cruzados sobre mi pecho, y sostengo la mirada en las manchas de sangre impregnadas a la tela que los recubre. La imagen de... De los restos de la criatura en forma de líquido coagulado me causa náuseas y no espero un segundo más para ir en dirección a los baños.
—¿Franco stai bene? —cuestiona mi madre al verme tambalear.
—S-sí, necesito ir... al baño, no tardo —me excuso ante la preocupación de mi madre y la mirada perdida de Emma.
—Ok —contesta y se hace a un lado.
Llego como puedo al baño de hombres y apoyo mis manos sobre el borde del lavabo. Cierro con fuerza los ojos y una vibración extraña me ensordece por un lapso de segundos. Me irrito. Abro el grifo y junto mis manos para acumular un poco de agua y llevarla a mi rostro.
Observo mi reflejo húmedo en el espejo y el recuerdo del accidente se hace pre