El joven Matteo Bianchi un joven de corazón puro que ha conocido a su padre con todos sus arrebatos, pero también ha visto a su madre y ha convivido con sus sustos y sus dolores.
Nadie lo ha visto quejarse, sino que habita en su propio silencio autoreconociendose entre lo noble y lo malo, entre lo turbio y lo claro.
Él vió a Irina Williams retirarse de la mesa, no quitó su vista de ella hasta verla alejarse, no pudo evitarlo, dejó de comer.
_No entiendo señora Delia -dijo como si calculara sus palabras- ella parece odiarme, yo no sé cómo es Irina, solo que es mi hermana.
_Niño Matteo, debes obedecer a tu padre, no vengas de este lado aunque te lo ordene. Usted es el varón de los Bianchi y su desobediencia no recae sobre usted, sino del lado que usted elija, usted lo sabe, sea noble para los menos atendidos.
_Papá, ni mamá, ni aún mi hermana Anabella la quieren, Irina es una chica extraña, yo quiero conocerla, quizás la quiera con todos sus piojos y sus pulgas que tenga.
_Ay mi niñ