Capítulo 31. Enfrentamiento
Samuel Ferrari estaba pensativo en aquella imagen que le transmitió Irina, ella se había retirado a su habitación y no le había dado la oportunidad de disculparse.
_Adoro a mi hija y me duele que sea tan inocente. ¿Cómo puede una madre jugar con sus sentimientos? - ante las interrogantes vinieron recuerdos de su hijo hablándole de las preocupaciones de Matteo Bianchi, pero aún así pareció no darle importancia.
...
Irina se había encerrado en su habitación y desde allí lloraba recordando los episodios que de alguna u otra forma vinieron a su mente para pedir ayuda a quien esperó por tanto tiempo.
_No puedes fallarme papá, yo te esperé para salvar a mamá. -decia en un mar de lágrimas y no encontraba consuelo.
Ella lloraba y vió una llamada que entró en su teléfono, de inmediato buscó el nombre de quien quería comunicarse con ella, y era él Gael Georgiou.
Tomó el teléfono y lo puso en su oído sin decir ni una sola palabra, de inmediato escuchó.
_¿Irina, estás bien mi amor? - ella lloró