Sinopsis Un Amor a la moda Khan Hamdi vio todas sus esperanzas rotas cuando su novia no se presentó el día de su compromiso y lo avergonzó frente a toda la sociedad de la moda. Eso lo marcó profundamente. Por otra parte, Valka Tomás, es dejada embarazada por su novio y gran amor Lucio; su padre, un conocido sastre de la zona, la echa a la calle y entonces ella se encuentra con su mejor amiga del colegio que se ha inclinado a la vida nocturna. Juntas comienzan un proyecto de vida en donde Valka diseña ropa sexi para damas ardientes, esto la lleva a codearse con dueños de centros nocturnos y gente peligrosa. Con su pequeña hija decide dar el gran paso y pedir un puesto de diseño en las grandes empresas Hamdi; sin embargo, hay un problema, Khan cree por una confusión, que ella es una prostituta y desea cerrarle todo paso al éxito porque su moda es demasiado atrevida para él y por si fuera poco Lucio vuelve aparecer en su vida y tiene nexos con la mafia. Valka tiene que hacer un contrato de matrimonio con Khan para que no le quiten a su hija. Esta madre hará de todo por darle un futuro a su hija por encima del prejuicio y conquistar el corazón lastimado de Khan, en medio de desfiles de moda y del peligro.
Leer más—¡Eres una reverenda estúpida! ¿Creíste que ese imbécil te iba a responder? ¡Se fue! ¡El maldito se fue!
Los ojos de Valka se humedecieron ante la triste realidad:
—¡Él no pudo irse sin mí!
—Se fue, te dejó embarrilada con ese engendro en la panza y ni creas que voy a hacerme cargo de él.
La tomó del brazo y la arrastró hasta la puerta, ella intentaba resistirse, pero mientras más lo hacía más era lastimada, suplicó:
—¡Papá, alto, no!
—¡Ahora eres problema de la calle!
La tiró en media calle y ella cayó sentada y adolorida, la voz de su padre se escuchó ruda, violenta para ser el hombre con el que había crecido:
—Anda donde las sirenas a ver si logras mantenerte y a ese engendro que llevas también.
¡Cuánto dolor! Cielos, la caída fue terrible, le costó levantarse del piso, era de noche, la gente desde su ventana la miraba y luego se encerraban… Valka se arrastró y llegó a la puerta, la tocó insistentemente.
—¡Papá, abre!—golpeaba la puerta—¡papá! ¡Por favor!
Sollozó, por largo tiempo sus gritos continuaron, pero no volvió a salir más, ahora estaba sola…
Caminó por largo rato hasta llegar a la avenida principal, hacía mucho frío, bajó hacia el sitio conocido como la Calle de las Sirenas, en donde bellas mujeres se ganaban la vida prostituyéndose. Su mejor amiga del colegio trabajaba en esas calles ganándose la vida y la buscó entre todas esas mujeres, encontró a Fey esquinando con un traje corto, se movía y sobaba sus manos, para mantenerse caliente y ella le hizo señas y está al verla, no podía creer que Valka Tomás estuviera por esos lares.
Cruzó inmediatamente la calle y la saludo:
—¡Valka! ¿Qué haces aquí?
—Tengo problemas.
Frente a dos cafés las cosas parecían diferentes:
—Así que te botó por salir embarazada—la vio asentir—¿tienes dónde quedarte esta noche?
—No.
—Bien, tengo un departamento, no es la gran cosa, pero debes ir pensando bien las cosas, un bebe es una gran responsabilidad.
—Lo sé, se supone que Lucio y yo lo criaríamos juntos.
Sollozó amargamente y su amiga le dijo la cruda realidad:
—Ya ves que no fue así, eso suele pasar, ahora debes pensar en ti y en ese bebe.
La llevó consigo hacia allá, el panorama para Valka era oscuro en esos momentos, se miró el vientre, por ese bebe que tenía en su vientre debía ser fuerte para poder soportar su destino.
Esa misma noche La fiesta era fastuosa, la familia Hamdi había botado la casa por la ventana para el compromiso de su único hijo, literalmente todo el mundo de la moda estaba allí: modelos, diseñadores, actores y actrices de renombre, empresarios y gente de farándula.
El diseñador exclusivo de la casa Hamdi, Beto Cárdenas, estaba elegantemente ataviado bebiendo del mejor champán del momento, acompañado de dos modelos top que eran sus engreídas.
Todos esperaban el ansiado momento en que el joven Khan, promesa de la familia Hamdi, formalizara con la bella Kara Razar, hija de un empresario de la industria textil.
Sin embargo, casi era media noche y había un gran problema: la novia no aparecía, ni señas, el espectáculo había acabado y la familia de Kara no daba señas.
—Esto es incómodo, llamen a Kara—decía Ivet, madre del novio.
Entonces el secretario hizo varias llamadas y nada, su esposo Fadid Hamdi se acercó molesto:
—¡Odio esperar! Ya que comience esta pendejada.
Su mujer le dijo entre dientes y con una sonrisa falsa en los labios para disimular.
—¿No te das cuenta de que la novia no aparece?
Él miró a todos lados y no vio a sus amigos de muchos años.
—¿Qué m****a pasa?
—Algo malo…
Khan llamaba a su novia y nada… Su mejor amigo Enner se acercó a él:
—Creo que no vendrá.
—Es imposible, ella no me puede hacer esto, por favor, hemos discutido cientos de veces y nunca hizo estos berrinches.
Entonces Enner le dijo en voz baja:
—Tal vez se cansó.
Él se rio, ella nunca se cansaría, por Dios, él era su mundo. Beto miró el reloj: era la hora del show y se acercó al maestro de ceremonia, un pendrive le susurró algo al oído y él le hizo una seña a todos:
—La novia envía esto.
Lo colocaron en el computador y pusieron el video, la voz de Kara se escuchó en una imagen difusa:
“¿Ya estamos grabando?
—Sí…
—Ok…—se colocaba perfecta—hola a todos, sé que me están esperando para lo que sería mi compromiso con Khan Hamdi, pero… no pienso comprometerme ni casarme con ese hombre”.
Todos comenzaron a murmurar ante lo escuchado y todavía dijo más:
“—Es el hombre más frío, déspota y arrogante que hay sobre la tierra y nunca seré su esposa”.
Ivet se llevó las manos a la boca, su hijo estaba en shock, todos lo miraban sorprendidos. Beto se rio escandalosamente y Khan se acercó molesto:
—¿Tú sabías esto urraca?
—Lindo, no todo gira en torno a ti, Kara ya no te ama y lo dejó en claro—alzó la voz—¡Ya no quiere nada contigo! La chica despertó del mal sueño que fuiste en su vida.
Sin pensarlo dos veces le estrelló un golpe en la cara ante la sorpresa de todos que gritaron escandalizados.
—¡Khan!
Ivet su madre lo agarró del brazo:
—¡Qué haces!
—Este infeliz lo sabía, esperó todo este tiempo para dejarme como un tonto delante de todos—bufaba.
—Hijo, por favor.
Beto era levantado por varios invitados y se acomodó el traje y les anunció:
—Desde este momento dejo oficialmente de trabajar para los Hamdi, por mi lado trabajaré para hundirlos como la competencia.
¡Qué!
—Por favor—dijo fastidiado de ese show barato Khan—nuestro mundo no gira en torno a ti.
—Lo veremos barbaján estúpido.
Salió en compañía de algunos invitados, Khan se pasó una mano por el pelo, todo se le salía de las manos y recién comenzaba su periplo.
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Khan fue a Hamdi y se topó con la policía y el operativo. Morgan entonces se le acercó preocupado. —Alguien empujó a Julieta y pronto obtendremos las imágenes para saber de quién se trata. Khan no podía considerar que todo esto estuviera pasando y más cuando le informaron quién era el culpable de todo. ** Kara llegó al edificio donde Beto vivía y tocó a su puerta. Beto estaba en plena creación en una batona y tomando vino y al abrir vio a la bella y llorosa Kara. —¡Vaya sorpresa! —Necesito de tu ayuda. —¿Y ahora qué? —Tengo que irme del país… —Bien, chaito —le hizo de la mano. —Maté a Julieta. Beto la miró con horror y más cuando ella le contó sobre todo lo pasado. —Estaba celosa y deseaba sacar a esa perra del camino y lo hice… —¿Le vendiste tu alma al diablo? —No lo sé… Beto se sentó frente a ella y le preguntó. —¿Cómo es ella? —Elegante, hermosa… Bueno, nunca vi su rostro porque usaba unos grandes sombreros, pero era muy femenina y vestía muy caro. —Una diabla… —C
La mujer usaba un sombrero con un velo oscuro que no dejaba ver su rostro y vestía tan costoso que daba envidia. —Así que deseas deshacerte de otro diseñador de Hamdi. —Se llama Víctor Talking, si lo sacamos del medio podré ser la nueva diseñadora de Hamdi y venderle las colecciones a usted. La mujer sonrió y le comentó. —Es un plan muy ambicioso y llevaría a la ruina a tu amado. —Eso podría ser cierto, pero con mi dinero podremos recomenzar. —Kara, me has tomado como una piraña a tu conveniencia, pero me gusta tu riesgo; sin embargo, no podré ayudarte. —¿Por qué? —La policía anda cerca y no quiero nexos con nadie. —Quiero estar con el hombre que amo. —Y yo solo amo el dinero y mi seguridad, ante todo. Eso enfureció a Kara que le dijo a la mujer. —¡Le exijo que me ayude! —Tú no me exiges nada —se levantó molesta—. Pregunta, ¿qué le pasó al último que me exigió dinero? Kara la miró con horror y la vio esbozar una sonrisa. —Así es, esto es como hacer un trato con el diablo
Rafaella colocó unas rosas blancas sobre la tumba de su abuelo, hubiera deseado tanto poder haberlo tratado, para todos los efectos ella nunca tuvo un abuelo. Su padre estaba desmoralizado. Víctor se acercó a darle su pésame y de repente lo abrazó con fuerza. —No digas nada, soy Valka, tenemos que hablar, en mi taller de Treeman. Lucio quedó mudo y pálido de la impresión, Khan se acercó a él y lo separó de Talking. —Señor Talking, por favor. —Lo siento, es que… Remueve muchos recuerdos en mi corazón. Lucio intentaba asimilar todo, Morgan los interrumpió. —Señor Dumani, ¿podemos hablar? Él asintió pálido del susto llevado, Talking le sonrió triunfal y él asintió. ** Salía junto a Khan y este bastante curioso le preguntó. —¿Acostumbra a ser tan efusivo con las personas? —Perdí a mis padres, todo esto me pone sensible. Rafaella tomó la mano de cada uno y fue una rara sensación de familia la que percibió Khan en esos momentos. Kara observaba la escena bastante preocupada y ent
Lucio hacía el reconocimiento del cadáver de su padre que había sido encontrado en los muelles. —¿Tiene idea de quién lo mató? —No, ni idea. Estaba muy impactado con la muerte de su padre de una herida de bala en el corazón. Ahora todo adquiría un tinte oscuro en su vida. ** Khan no daba crédito a lo que había hecho. ¡Había besado a Talking y lo que era peor, le había gustado! Bebía en un bar, sintiéndose el sujeto más raro del mundo. —Soy un hombre, claro que sí —se decía—. Me gustan las mujeres. Vio al bar tender y le dijo con seguridad. —Soy hombre y me gustan las mujeres. —¡Qué bien, amigo! Sin embargo, Talking y su rostro no salían de su cabeza, sus labios… —Dios, no, no puede ser. Kara llegó al bar con una amiga y al verlo se emocionó. —¡Es Khan! Fue a él con una sonrisa y al verlo cogiéndose la cabeza, se extrañó. —¿Khan? Al verla se acomodó. —¡Kara, vaya sorpresa! —Te ves fatal. Estaba fatal y bebió de su whisky de una sola. —Vine a tomar un trago y ya acabé
Talking le servía otra copa y la mujer soltaba la lengua más y más. —Esta mujer era petulante, nunca se midió del sitio donde salió, hacia cada alharaca. —Debió ser terrible trabajar para ella. —Horrible, horrible, además ella fue la causante de que el señor Khan dejara a la señorita Razar. Eso le interesó a Víctor, que preguntó: —¿Ellos se querían mucho? —Como el chocolate y el manjar —rio nerviosa—. Ellos se adoraban. Analizaba todo lo que ella decía y preguntó. —¿Entonces por qué se separaron? —Bueno… —chocaba la copa de Talking—. A usted sí que le gusta el chisme. —Querida, me gustas tú. Ella se sonrojó toda y él añadió. —Personas como tú son raras de conocer. —Bueno, bueno… Ellos pelearon por cosas de familia. Beto, el diseñador, era muy incisivo. —Entiendo. —Creo que Khan no era perita en dulce. —¿Y hay una amistad entre Kara y tú? Ella se rio escandalosamente y nerviosa le respondió. —Somos así —juntaba sus dedos índices—. Ella no da un paso sin que yo lo sepa.
Último capítulo