14. ¿Acaso estás huyendo?

Algo que no sabría describir se detuvo de repente, tal vez fue el tiempo a su alrededor, tal vez el espacio, tal vez ella misma o su percepción de las cosas, lo que no se detuvo fue la boca de Evan apoderándose de la suya y la forma posesiva en que reclamó el espacio con su lengua, cada rincón, volviéndose más y más demandante a medida que sus labios parecían querer comerse el uno al otro.

— Evan…— su nombre salió como un gemido solo el momento en que Evan la dejó separarse antes de volverla a besar, y sintió una excitación que jamás había sido parte de ella.

—Lía… — dejó que su nombre se coló por sus labios, casi como un susurro anhelante.

Esa chica tenía algo que hacía que su cuerpo y él mismo respondiera de maneras que jamás había imaginado.

Lía se sorprendió ante lo sucedido, con Max nunca estuvo así, siempre pensaba y rogaba en que no avanzara, en que no intentara desnudarla, en que no tocara de más, jamás tuvo la mente en blanco ni se dejó llevar como en ese momento y jamás sint
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