Sin embargo, ¡los hombres de Cetramar habían secuestrado preciso a la esposa del presidente del Grupo Prosperidad…! Ahora, todos los que estuvieran involucrados no se iban a salir con la suya…
Para tratar de enmendar su grave error, el gerente se apresuró a decirle a Andrés:
—Se… señor Martínez, si supiera dónde está su esposa, ¿podría darme una oportunidad?
***
Ayyy… qué frío...
Los copos de nieve caían a montones sobre las partes descubiertas de Luna. Ella estaba toda revuelta, como una verdadera loca, con heridas por todo el cuerpo, caminando desorientada por las transitadas calles mientras todos se apartaban apurados de ella, dirigiéndose muy ansiosos a celebrar la nochebuena en sus casas.
En ese momento, en las pantallas gigantes se escuchaba al presentador dando buenos deseos, y los artistas haciendo sus respectivas presentaciones en vivo.
El viento helado irritó demasiado sus ojos y su nariz. Ahora, no tenía ni un peso encima, pues le habían quitado absolutamente todo.
Tampoco